sábado, 4 de mayo de 2013



Cómo tomar apuntes


Lo que vimos en este módulo acerca de las características de una exposición oral puede llevarse ahora al terreno de quien escucha. En concreto, tu participación como alumno en una clase o asistente a una charla.

El profesor o la profesora preparan cada clase con mayor o menor estructuración, pero siempre guiados por un programa y con un objetivo. El contenido no reemplaza la bibliografía teórica de la materia, pero debe considerarse con estricto seguimiento, porque siempre es una guía del temario y de lo que el tutor considera importante.

La respuesta a la pregunta sobre cómo tomar apuntes ante una exposición oral, cabe fijarse en dos aspectos:

a) Por un lado, cómo interpretar cuál es el contenido fundamental, lo que debemos anotar.


Lengua – Marcela Farré | 18


 

b) Por otro lado, cómo hacer las anotaciones para que sean claras y permitan recuperar el contenido de la clase.


2.6.1.1- Estrategia para interpretar el contenido útil


El hablante –profesor o profesora- introduce su clase y nos cuenta unos sucesos. No sabemos entonces si lo que narra es parte del tema o una anécdota para introducirnos en él. O un caso que luego llevará a teorizaciones. Sin embargo, en cuanto aparecen ciertos signos sabemos que hay que empezar a anotar: la exposición se hace más enfática, toma más velocidad, se desarrollan definiciones… Es lo primero que te toca hacer: estar atento al momento en que empieza el tema y hay que tomar apuntes.

Como alumno es indispensable que sigas muy de cerca el

programa de la materia, saber en qué punto de éste se encuentra el dictado y cuáles son los ejes temáticos de esa unidad. Si hay dudas, no dejar de preguntarlo.

Por lo general, el profesor anuncia en la clase el
título o tema que tratará ese día. Ese es el eje al que deberás volver cada vez que asome un aspecto que te parece nuevo: preguntarse: ¿cómo se vincula con el tema general? ¿Es un apartado general o un subtema de otro que se viene hablando?

Además, en el desarrollo de su exposición, escucharás palabras que se repiten: conceptos teóricos,
términos técnicos, a veces nuevos. Siempre que aparezca un concepto así, hay que anotarlo y asegurarse de comprenderlo. Si es necesario, pedir que se repita la definición o que se explique más ampliamente. A veces un ejemplo es útil para fijarlo. Además, la repetición es un mecanismo de cohesión, por eso podrás tomar los conceptos repetidos como clave del tema eje. Desde el punto de vista paraverbal, esos conceptos imporantes irán señalados por movimientos de manos y gestos faciales que indiquen énfasis; lo mismo ayudará el cambio de entonación.

Durante el desarrollo del tema, habrá
transiciones. Cada una, señalada por un nuevo "título" o expresión teórica, estará marcada por elementos verbales como los enlaces o conectores y por elementos paraverbales que tendrás que "captar": en general, al introducir un tema el hablante realiza una pausa -lo que en un escrito sería el espacio de un apartado-. Los signos no verbales relativos a la voz, como la pausa y el cambio de tono, son una guía para entender cuándo comienza un nuevo subtema.

Aquí se resumen algunas estrategias que pueden ayudarte a captar lo más importante del contenido, guiados por las características de la lengua hablada:

- Tratar de diferenciar bien las

tres partes de la exposición: apertura, desarrollo y cierre.

- Centrarte en el
desarrollo, que en toda exposición es el lugar donde avanzan los contenidos teóricos, conceptos, definiciones o razonamientos. Lengua – Marcela Farré | 19

- No confundir las
ideas secundarias con lo esencial. Los ejemplos, citas y casos pueden ayudar a retener los temas, pero no son imprescindibles.

- Aprovechar el rasgo
redundante de la oralidad, ese que favorece la retención y asegura que, como alumno, termines de captar el tema completamente. Pero una vez que has comprendido la cuestión, bastará con una anotación breve, sin reiteraciones.

-
Desechar todos los rasgos propios de la oralidad que se explican por la simultaneidad: el desorden, las muletillas, las frases incompletas, etc. El alumno debe reponer el orden y completar las oraciones o conectarlas correctamente, una vez que se ha captado el contenido en su contexto.

2.6.1.2- Técnicas para redactar apuntes


Vas captando claramente el contenido en orden. Pero ¿cómo conviene apuntarlo? Aquí se enumeran algunas estrategias que son útiles, y que tal vez ya estés utilizando. No viene mal repasar su sentido:

a) Aprovechar los recursos del

espacio textual. Usar el espacio de la hoja de modo generoso. No abarrotar las frases en párrafos, sino más bien dejar lugares espaciados. Esto te permitirá completar alguna idea si en el desarrollo de su exposición el profesor añade algo vinculado a lo que anotaste, como el nombre de un autor clave, un libro para buscar, un ejemplo o un término.

b) Escribir las
frases completas pero breves. Sujeto y predicado. Sin adjetivaciones. Debajo de ella, y con un margen subordinado, anotar las ideas secundarias (los complementos, los desarrollos complementarios).

c) Usar
flechas para vincular contenidos.

d) Usar
llaves para englobar conjuntos de ideas.

e)
Enumerar ideas de la misma jerarquía con alguna señal icónica (viñeta, asterisco, punto) y colocarlas con el mismo margen, para captar a golpe de vista su relación.

f) Organizar la hoja con un
espacio esquemático, como un índice, de modo que sea legible el orden y la jerarquía de los temas.

g) Emplear
colores para resaltar términos técnicos en las definiciones o para los recursos icónicos que se quieran

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